jueves, 28 de agosto de 2014

Ser.

Presentarse diciendo mi nombre, profesión o a qué me dedico; qué idiomas hablo y cuáles son mis hábitos o pasatiempos favoritos, suena más bien a entrevista de trabajo... no define quién soy sino para qué puedo ser útil. El quién soy y lo que soy, se define por lo que vivo y me hace vivir, en una constante re definición y de eso es de lo que escribo. De realidades y algunos sueños; de las cosas que me hagan sentir y por lo tanto precisen toda mi atención aunque a veces también escriba para recordar, para matar y sobre todo para no morir.

Libros, viajes, personas… sobretodo personas. Personas con plática, interesantes pero que también sean capaces de reír o comerse una caja entera de chocolates. Que también hayan vivido; con todos sus contrastes  y matices implícitos que nos llevan a veces, y otras nos obligan, a aprender y valorar, crecer y seguir, apreciar y disfrutar.  
Y es que muchas veces el valor de la felicidad está en el costo de la tristeza, de lo doloroso. En aquellos fracasos continuos que de pronto nos llevan a triunfos increíbles. De aquellos errores que nos enseñaron que el error más grande es no intentarlo, de aquellos problemas que nos enseñaron que el problema es no enfrentarlo.  
En aquellos detalles mínimos que arrancan sonrisas enormes o siembran gran calma.


Porque las mejores cosas muchas veces no son esas que deseamos y se cumplen sino aquellas que jamás imaginamos y vivimos. Ya sea para descubrir que somos más fuertes de lo que pensamos, o que merecemos más recompensas que oportunidades o pruebas.







1 comentario:

  1. Que no se guardó lo que sigo pensando de ti al leerte, que es "delicioso" y lo sigue siendo..

    ResponderEliminar