sábado, 20 de septiembre de 2014
Wait!
Entro al baño, abro la llave de la regadera y no me importa la posibilidad
de ser visto completamente desnudo desde las ventanas de la recámara...
Mientras escucho "Diario de Viaje", comienzo a bañarme con tal calma y dedicación,
con una esperanza idiota e irrisoria; como si al hacerlo así
pudiera borrar de mis manos las letras, de mi corazón las ganas
y de mi cuerpo su emoción, el deseo.
Me prometo a mí mismo no volver a hacerme esto,
no volver a sentirme así.
Sin embargo por más palabra que sé tengo,
sé también que no puedo dejar de ser quien soy.
Federico Aubele - Diario de viaje
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Yo creo que es al contrario, que cuando lo haces con tanta dedicación y sin importarte el "qué dirán" es para recordar lo que fue, lo que es o lo que pudo ser.
ResponderEliminarRecuerda, las letras se quedan... siempre.